La marcha ha transcurrido con normalidad hasta que hemos llegado al Boulevard del Gran Capitán, que es el centro neurálgico del 15-M cordobés por así decirlo. En ese momento, después de la lectura del manifiesto unitario, en lugar de las habituales intervenciones por medio de lxs representantxs de las organizaciones convocantes, se ha propuesto un turno de micrófono abierto general. Todo perfecto. Lo que me ha indignado ha sido la primera intervención de una señora que hablando en nombre del 15-M decía que las normas del 15-M se tenían que respetar y que una de ellas es que no caben siglas, distintivos o banderas en las actividades del 15-M llegando a pedirnos que retiráramos las banderas en ese momento. No ha sido la única y se sumaron algunas intervenciones en consonancia con esto, y otras muchas que defendían la libertad que tenemos cada uno a llevar la bandera que nos salga de las narices.
En ese momento, aunque la mayoría de los que allí estábamos éramos militantes de algún sindicato, me ha dado una sensación de estar ahí haciendo el tonto increíble. Lo mejor de todo, es que la convocatoria ni siquiera era el 15-M, por lo que en el caso de que hubiera un código que impidiera airear banderas, no era el momento de aplicarlo, puesto que la convocatoria era de 4 sindicatos y no de ellos. ¡Ni que la calle fuera suya o hubiera que plegarse a los deseos del 15-M! Como si ellos hubieran inventado ahora las asambleas, las manifestaciones o las ocupaciones.
Lo más espeluznante de todo a mi juicio, y lo que de verdad que me ha dado verdadera vergüenza ajena ha sido después cuando nos íbamos ya, que se ha acercado una chavala joven con su mejor intención (Eso está fuera de duda) a decirnos a los que quedábamos allí del SAT que no nos enfadáramos, y que comprendiéramos a los que decían que las banderas se tenían que guardar para estar allí. Ha puntualizado que los partidos y las siglas dividen, que si metes siglas no atraemos a las personas de derechas que también están en contra de la crisis, porque lo importante es sumar, y lo mejor… que el 15-M no es política, sino algo superior a la política. Yo, agradeciéndole toda su buena intención y recordando las palabras de una compañera mía veterana ya del SAT-SOC de toda la vida de que “En el SAT llevamos haciendo lo que estáis haciendo vosotros pero nosotros llevamos ya 35 años en la brecha”, le recomiendo que compare sus palabras con estas:
“España ha venido a menos por una triple división: por la división engendrada por los separatismos locales, por la división engendrada entre los partidos, por la división engendrada por la lucha de clases.
Cuando España encuentre una empresa colectiva que comprenda todas esas diferencias, España volverá a ser grande corno en sus mejores tiempos.
Si a esa empresa colectiva que supera las divisiones entre partidos, entre clases y por qué no, entre naciones, le llamamos 15-M…
En fin, aquí dejo el vídeo de quien lo decía. A buen entendedor pocas palabras bastan. Un mal entendedor hasta se enfadará porque llamo fascistas al 15-M o no sé qué, pero para estos últimos, aclaro que no estoy llamando nada a nadie. Sólo estoy alertando ligeramente de que este movimiento desideologizado está creando discursos peligrosos porque comparten premisas indirectamente con los postulados del falangismo español más rancio, que se presentaba como una opción superadora de esa “desunión” que ellos consideraban que había entre clases y partidos. Y no hay más que comparar las palabras de la muchacha y las de nuestro amiguete fundador de Falange Española.
PD: Una bandera de Andalucía desune, pero… ¿y una camiseta de la selección española de fútbol? Ahí dejo la pregunta…
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