martes, 8 de mayo de 2012

Obviedad material

Veréis, todos los días oímos en la televisión que la situación económica es muy mala, que los trabajadores (Bueno, según los medios oficiales, los “ciudadanos”, como si todos los que habitan en la ciudad tuvieran los mismos intereses y los mismos problemas derivados de la no consecución de los mismos) no tienen liquidez, que las empresas no tienen liquidez, que los bancos no tienen liquidez, que los estados no tienen liquidez, y en definitiva, aquí no tiene liquidez prácticamente nadie.

Esto es algo cierto, y es en un momento como este en el que se ponen de manifiesto todas las debilidades y todos los elementos siniestros del capitalismo e inherentes a él. Uno de ellos es una falta de libertad manifiesta  que provoca esta falta de liquidez. Se nos bombardea con la presunta falta de libertad que hay en Cuba, en Corea del Norte o en cualquier otro país socialista, porque son países de los que no se puede salir, o que tienen problemas de desnutrición, o que no tienen libertad de elección porque al no tener una libertad plena de mercado, hay multinacionales que no pueden invertir ahí, minando la libertad de los ciudadanos (sic).

He aquí el pasaporte necesario para viajar
La paradoja llega al observar como en el llamado Mundo libre, todas esas libertades y derechos que presuntamente les son negados a los pueblos que viven en un sistema socialista, no son tan universales, ni tan accesibles. Aquí podemos viajar libremente incluso sin pasar por aduanas si es dentro de la UE (A no ser que las papadas del FMI se reúnan en Barcelona por ejemplo) y pasando por aduanas con un pasaporte español normal si es fuera de la UE. Si. Salvo que no dispongas de dinero para hacerlo. Porque es muy bonito hablar de que en la malvada Corea del Norte no dejan salir a los coreanos para ver el Mundial de Fútbol como según los medios burgueses ocurrió en 2010… pero es que yo por ejemplo vi aquel Mundial en una página web que ponía los partidos pirateados a que ni me podría haber planteado pagar para verlos por la televisión de pago. Igualmente, hacer un simple viaje a Sevilla o a cualquier otro sitio se convierte en una cosa imposible para mí y para muchas otras personas… Mi problema no es que no me den el pasaporte, sino que no tengo con qué pagar el viaje y no soy el único.
También es muy sencillo hacer supuesto “periodismo comprometido” criticando la cartilla de racionamiento cubana por su escasez y contando desgarradoramente como el estraperlo es un negocio recurrente en el caimán verde, aunque a dos calles de donde el periodista en cuestión esté escribiendo tal bazofia un puñado de personas se estén repartiendo buenamente la comida caducada que el Mercadona ha tirado a un contenedor. Y ya no hablemos de elección de marcas, de tiendas o del estilo de pasta precocinada que vas a comprar para comer, parmesana o pesto, que ambas saben igual, pero bueno, como nos dicen que son diferentes, pues nada, viva el mundo libre y la posibilidad de elección. ¿Qué más dará que podamos comer en McDonalds o en Burguer King, si ambas cadenas venden unas hamburguesas igualmente horribles y caras? ¿Tan importante es que existan estos sitios y que estén en cada esquina de Andalucía compitiendo a ver quién vende más productos pseudo-alimenticios?

Es evidente que sin dinero, la libertad en un Mundo capitalista está muy limitada. Quien tiene dinero, puede hacer lo que quiera, cueste lo que cueste y sea imprescindible o accesorio, y quien no lo tiene, no. Incluso en el llamado sistema “mixto” o del bienestar en el que vivimos en teoría, están cada día más amenazados los servicios sociales como la educación o la salud, que eran esos pequeños oasis de derechos conquistados por la clase obrera en un tiempo en el que había un campo socialista que ejercía presión sobre los estados capitalistas.
Claro, como en todo, hay niveles, ya que no es lo mismo quejarse de no poder ver en directo el Mundial de fútbol, que de no poder comer, pero esa es precisamente la intención de la reflexión; podemos comprobar que independientemente de la necesidad o el capricho que estemos queriendo adquirir o disfrutar, será proporcionalmente accesible al dinero que tengas en el bolsillo, y como no todos tenemos el mismo dinero en el bolsillo, está claro que la libertad está a alcances diferentes según clases sociales. Si tu vida depende de ello, perderás la vida o esta será peor, y si lo que depende de ello es tu diversión pues te aburrirás.

Habrá quien diga que de una forma u otra se puede buscar uno la vida, que se puede tirar para adelante sin dinero, o que mi reflexión es muy materialista. Efectivamente, es completamente materialista, porque nadie puede sacar un plato de lentejas de la nada, pero no es consumista tampoco, ya que no creo que la solución pase por inyectar liquidez a los bolsillos de los trabajadores para que estos puedan comprar y así hacer girar la rueda. El pensamiento verdaderamente anticapitalista, es precisamente el que pretende superar esa estructura económica y así poder ser libres e iguales desde un punto de vista material, haciendo accesible a todo el mundo desde la cosa más básica, hasta lo más superfluo que se pueda ofrecer, desmercantilizando la sociedad y construyendo el socialismo.

Como decía al principio, puede que esté diciendo una obviedad, pero estoy convencido de que la construcción del socialismo y la felicidad de todos nosotros están íntimamente ligados. Recuperar el anterior estado del bienestar ni es factible ni es igualitario. Hay que hacer algo distinto y nuevo como el socialismo, aunque ya esté inventado.

1 comentario:

  1. TODOS LOS ANDALUCES NOSQUE DEFIENDEN ANDALUCIA TENIAMOS QUE UNIR ESAS FUERZAS PARA QUE EL BIPARTIDISMO SE RESIENTE Y NO SAQUEN MAYORIAS PARA QUE SOLO DECIDAN ELLOS POR LA ANDALUCIA QUE ELLOS NO CREEN EN ELLA ,VIVA ANDALUCIA LIBRE POR LOS ANDALUCES Y POR NUESTRA TIERRA .

    ResponderEliminar