martes, 17 de febrero de 2015

Albert Rivera y su visita a Andalucía. El bucle que no cesa.

La táctica del avestruz consiste en esconder la cabeza ante los problemas. Esta actitud, idealista hasta el extremo, espera que de alguna manera estos se resuelvan solos, lo cual además de estúpido, va en contra de los intereses propios. Es este el pensamiento que me viene a la mente cuando leo atónito las declaraciones del dirigente del partido Ciudadanos (Presupongo que las ciudadanas no entran en esta organización) Albert Rivera en su visita a Málaga en las que declaraba sin rubor ninguno lo siguiente:




He querido transcribir las palabras tan al detalle, además de porque el mismo autor de las declaraciones ha querido aclarar cualquier matiz en el sentido de las palabras una vez generado el debate, por tener en cuenta que el malentendido forma parte importante de la polémica, desviando completamente el centro de la cuestión. Al parecer muchas de las personas ofendidas lo están porque han supuesto que cuando hacía la metáfora de la pesca, estaba tachando al pueblo andaluz de alguna manera como un pueblo vago y no como un pueblo subvencionado por el sistema basado en el clientelismo creado por el PSOE en Andalucía en 36 años de gobiernos ininterrumpidos, resaltando los más fachas la parte en la que se critica al PSOE, como si el PP no utilizara esos medios para mantener el poder, y los menos fachas resaltando el carácter trabajador incuestionable del pueblo andaluz.

Ante la avalancha de tuits relacionados con este tema, Albert Rivera ha matizado, dejando claro que él se refería a las subvenciones y favores varios repartidos por el PSOE, que según él son la causa de que Andalucía sufra la situación que sufre de subdesarrollo, paro, y falta de oportunidades. No tiene en cuenta Albert Rivera que hace 36 años la situación era peor, y sin ser esto un halago por mi parte para ninguno de los gobiernos del PSOE, ni del PSOE e IU ni del PSOE y el PA que se han producido en este tiempo, no deja de ser una realidad. Pero, ¿Por qué a pesar de haber mejorado Andalucía en estos 36 años seguimos siendo un pueblo subdesarrollado respecto al resto de pueblos que componen el desigual y asimétrico Estado Español?

El PSOE es sólo parte de la explicación
La explicación para nada es la que da Rivera. La explicación que da es la explicación a los 36 años en los que después de una movilización histórica el 4 de diciembre de 1977 y desde el primer mandato de la Junta Preautonómica en 1979, un partido estatal como el PSOE cogió el poder envuelto en la Arbonaida y en Blas Infante y continuó manteniéndolo en el subdesarrollo pleno. Pero ese era un subdesarrollo que ya estaba más que establecido de muchísimo antes y como casi todo, no es nada casual. No hace falta irse a análisis de la izquierda soberanista andaluza para encontrar explicaciones reales al subdesarrollo de Andalucía, aunque estos lo expliquen muy bien, como por ejemplo en el punto de la cuestión nacional del Programa de Andalucía Comunista1 o en la polémica Ponencia Política2 elaborada por la CUT para su IV Congreso Nacional que se difundió en prensa de maneras bastante sensacionalistas y retorcidas3 4, y que en su contenido real mostraba un certero análisis en un línea parecida.

Nos podría bastar con escuchar a Julio Anguita en una de sus intervenciones en el programa “La Clave”, emitido en 1985 en TVE y que trataba exclusivamente de la Autonomía andaluza y los problemas existentes en ella. Problemas calcados a los de hoy, casi 40 años después, por cierto. En el extracto5, comprendido entre el minuto 29:45 y el 37:40 del vídeo del cual recomiendo su visionado completo, Anguita, aparte de exponer como solución un discurso federal que a las alturas que estamos del modelo autonómico (Que de facto se le puede considerar como una especie de federalismo con matices), se muestra insuficiente a todas luces y no acaba de resolver el problema, explica magistralmente el origen real del subdesarrollo en Andalucía. Comienza en el pacto entre la burguesía vasca, y la catalana, y las oligarquías terratenientes castellana y andaluza que fue sellado a mediados del siglo XIX, que perduró incluso en la época de Franco y posteriormente hasta nuestros días con el centralismo y la idea de una España cohesionada como varita mágica que hace que dicho pacto funcione. Hay una frase que es demoledora: “Para entender lo que hoy está ocurriendo hay que hablar de Historia”. Y como posteriormente Anguita reconoce ya en este programa de 1985, todo ataque al centralismo proveniente de Andalucía, es decir, algo que él no dice debido a matices ideológicos, que es la lucha por la soberanía andaluza, hace temblar los cimientos en los que se basa el Estado Español. Aquí cada cual juega un papel, y para que el Estado Español funcione bien, Andalucía tiene que ocupar su papel de suministrar materias primas pero no el de transformarlas porque transformarlas ya forma parte de otros eslabones de la cadena. Por eso lo que se cultiva en Andalucía acaba transformado en fábricas de Logroño o Valencia, por decir dos ejemplos. Es por ello que padecemos un subdesarrollo endémico desde hace casi 2 siglos, ya que de momento la situación no ha cambiado en ningún momento, sufriendo Andalucía los males del rol de manera continuada independientemente del régimen político o de la coyuntura económica. Así, en la época de “vacas gordas”, en Andalucía tenemos cifras bastante por debajo de las comunes en los indicadores de bienestar más básicos, y cuando llegan las “vacas flacas” pues no hay más que ver las cifras de hoy, que si en el conjunto del estado son tremendas, en Andalucía se superan con creces.


Recibir insultos es desagradable, pero más
desagradable es la causa real de nuestra pobreza
Bien, ni los análisis de Anguita o de ciertos partidos soberanistas andaluces tienen necesariamente porqué ser los más certeros, pero sí que arrojan un poco más de luz desde otra perspectiva sobre un problema real que tenemos las andaluzas y los andaluces y que no es nunca resuelto. Y aquí es donde entra ese concepto de la táctica del avestruz por el cual el mismo pueblo andaluz, subyugado, sumiso y bien metido a conciencia en un pozo de intelectualidad famélica, analiza en el mejor de los casos en clave de insulto las palabras de Albert Rivera cual vasallo indignado y no como alguien consciente de su potencial de subvertir la situación. El problema no es que nos insulten y nos traten como un pueblo vago y subvencionado. El problema es que Andalucía es un pueblo que ha sufrido las consecuencias de tener una de las mejores tierras de la Península Ibérica y del afán de los señoritos que se han ido repartiéndola en porciones de miles de hectáreas desde hace siglos. Si algo tendría que ser reprochado a este pueblo, ha sido su falta de determinación a la hora de enarbolar la bandera de una nacionalidad propia más que justificada para ponerse enfrente cara a cara con esa España que nos repudia mientras que nos saca los cuartos, pero falta de ganas de trabajar no faltan, y eso Rivera, que no es tonto, lo sabe. Se confundió de metáfora para reproducir un argumento muy del PP para ganar votos en uno de los graneros de votos más importantes para cualquier partido estatal como es nuestra tierra, pero vagos, lo que se dice vagos, no nos llamó.

Así que más nos valdría dejar a un lado los lamentos vacíos que podemos leer en Twitter cada vez que un señorito coge el AVE para venir a tocarnos las narices llamándonos vagos o viniendo a pescar votos, porque eso no es más que la punta del iceberg. El PSOE con su sistema clientelar y sus subvenciones (Algo denunciado por Albert Rivera y que por cierto, en parte es bastante cierto) solamente ha reforzado una situación de subordinación que dura siglos, y que hoy tiene desactivado por ejemplo a una gran parte del campo andaluz en lo que a la lucha se refiere a cambio de unas migajas. Este tipo de efectos de ciertas subvenciones es obvio que es cierta y perseguida por el propio PSOE y los distintos Gobiernos de la Junta de Andalucía.


Lo que Albert Rivera no ha dicho, es que lo que tenemos que hacer es coger el sedal de pesca y dejar de echarlos al mar para pescar el pescado que se comen otros en Madrid, sino cogerlo y amenazar con enredárselo en el cuello a los que nos tratan como inferiores de manera paternalista, y una vez que seamos capaces de hacer eso como pueblo, veremos a ver quién se ríe de quién. Pero para eso hay que dejar a un lado discursos viejos sobre cómo montar las piezas del puzzle del Estado Español y agarrar bien fuerte el de la soberanía nacional también aquí en Andalucía, porque si no la situación nunca cambiará como ha pasado a lo largo de los últimos siglos. Pero no agarrarlo como el PSOE para soltarlo nada más acceder al poder, sino de verdad. Veremos cómo así nadie viene a cuestionarnos más, porque el origen del problema ya no estaría.

Muerto el perro se acabó la rabia. O dicho de otra manera, muerta España como unión impuesta de pueblos bailando al son del centralismo, se acabó la dependencia y la sumisión. Es una forma de intentarlo, ya que en 40 años de "democracia" se ha demostrado una vez más que no se trata de encajar las piezas porque que encajen sólo ha beneficiado a aquellos que se aprovechan de Andalucía. Abramos la mente y probemos otras maneras de salir del subdesarrollo empoderándonos como nación que ya somos y olvidando el pasado, representado por esa entelequia llamada España que jamás nos tomó en serio.






5 https://www.youtube.com/watch?v=R760RBXTDiE Recomiendo el visionado completo del video además del extracto concreto citado. El debate es de nivel, y es muy interesante comprobar como la Autonomía a pesar de haber mejorado las condiciones de Andalucía en algunos puntos, tampoco ha traído soluciones a los pilares históricos que tanto determinan el análisis, a juzgar por los problemas de los que se hablan en un programa de 1985, que son exactamente los mismos; paro, reparto de la tierra, precariedad laboral, baja alfabetización en zonas rurales, ignorancia, etc, etc.

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